Pequeño país

El estreno literario de Gaël Faye es una delicia, uno de esos libros que se devoran en un suspiro, un relato desgarrador y tierno a la vez y es que Gaël tiene magia en su lírica. Su primera novela ha sido un éxito en Francia donde ha vendido casi sin hacer ruido setecientos mil ejemplares y los derechos de traducción se han vendido a veintinueve idiomas. Además, ha recibido numerosos premios entre ellos el prestigioso Goncourt des Lycéens.

Faye, de madre ruandesa y padre francés, se trasladó a Francia en 1995 huyendo de la guerra y, tras obtener un posgrado en finanzas, abandonó ese mundo para dedicarse a escribir y a la música. Incluso ha publicado un par de discos uno con el grupo Milk Coffee & Sugar y otro en solitario con el que recibió el premio de la Academie Charles-Cros en 2014.

Este "pequeño libro" es un gran acierto pues evoca a la infancia del protagonista y logra que te sumerjas en el final de esa etapa de un chico que, debido a la guerra civil en su país, madura a golpe de metralletas. El genocidio y los dramas de la guerra se retratan crudamente aunque sin llegar a desgarrar. Faye logra que lo veamos todo desde los ojos de un niño, de ahí que por momentos recuerde a “La vida es bella”, y sobre todo consigue que la trama atrape gracias a unas palabras que seducen y te llevan de bruces a un desenlace inesperado.

Un canto de amor a un país y a una infancia que, aunque parezca mentira existió, en los que había lugar para la felicidad, aunque luego las cosas cambiasen y llegase el exilio y la muerte. Muy recomendable.