Los secretos de Heap House

Hablar de Edward Carey es hacerlo de uno de los escritores más fabulosos que nos ha brindado la literatura en estas últimas décadas. Ejemplos como “Little” subrayan la excelencia de semejante mago de la poética fantástica narrativa. En dicha novela, sus malabares literarios dieron con una historia que bien podría haber sido el guion ideal para el Tim Burton de los años ochenta/noventa.

Presa de una imaginación sin límites, sus escenas brotan de una capacidad de síntesis única entre fábula, surrealismo y sarcasmo costumbrista. De tal mezcla, se perfilan las vías maestras de “La trilogía Iremonger”, de la que ahora se publica “Los secretos de Heap House”, primera parte de lo que es considerado como la obra capital de Carey. No es para menos, a lo largo de su lectura, asoma un carrusel de personajes tan delirante como se podría esperar del autor de “Little”.

Desde luego, el recuento de atractivos acumulados en esta pócima de palabras es tan significativo que daría para un ensayo sobre los mismos. Pero vayamos al epicentro desde donde se orquesta el carrusel de capítulos aquí reunidos, siempre con el plus atmosférico que aportan los dibujos, de estética gótica, que anidan en sus páginas. En este sentido, la mansión donde residen los Iremonger desde hace generaciones establece la matriz de un guion atado al destino de los miembros de la familia. Uno por el cual están encadenados al objeto de nacimiento que deben salvaguardar de todo peligro, incluso a riesgo sus propias vidas.

La trilogía de los Iremonger arranca en el punto de inflexión originado por la entrada de Lucy Pennant, personaje-llave que pondrá patas arriba todos los convencionalismos de una familia que tendrá que enfrentarse a sus propios secretos con tal de mantener la tradición.

La carcasa proporcionada por dicho guion es la excusa perfecta para que Carey explote todos sus activos creativos. O lo que es lo mismo, un universo de fantasía marca de la casa por la cual debería ser considerado más allá de los límites de la autoría de género fantástico. Un universo del cual no querrás escapar, el mismo al que nos arrastra hasta hacernos sentir como espectadores de lujo, dentro de los aposentos de una casa, sencillamente, inolvidable.