La máquina del amor sagrado y profano

¿Es posible escribir una novela y hacer que absolutamente todos los personajes que aparecen en ella resulten antipáticos? ¿Es posible que no haya ni uno solo con el que identificarse e ir de la mano de él o de ella durante las andanzas del relato?. Pues bien “La máquina del amor sagrado y profano ” de Iris Murdoch lo logra y podríamos decir que acaba siendo la principal virtud del texto. Esa relación desagradable e insana que genera con el lector, lo mantiene atrapado al no dar crédito de las altas dosis de egoísmo que manejan los personajes del libro. Y es que más allá del engaño, la falsedad y el cinismo, lo que la escritora propone no es otra cosa que demostrar la estulticia que se pueden generar en una relación digamos amorosa, cuando lo que predomina es el yo por encima de todas las cosas. Cuando ese mismo amor se convierte en una arma arrojadiza para herir al más débil. Una supuesta víctima con la que tampoco te solidarizas porque es tan boba que ni siquiera produce lástima o porque su anhelo de amor no habita en el ser amado, sino en el enorme vacío existencial que necesita rellenar con quién sea. Eso no importa.

Escrita en 1974 “La máquina del amor sagrado y profano ” no ha envejecido bien. Sus personajes, sus diálogos, sus formas, están más próximas a la época de la decadencia 'victoriana' de la Inglaterra de principios del sXX que a la decadencia inglesa del Brexit. Todo en el texto de Iris Murdoch rezuma un aroma a rancio que dificulta la lectura y, en ocasiones, atenta incluso contra la credibilidad misma de la historia. Ya nadie habla así, en esos términos, y a menudo las reflexiones en lugar de estar cargadas de una profunda carga filosófica, están tan pasadas de moda que podrían ser objeto incluso de mofa. Y eso que voy a pasar por alto el imperdonable recurso de guionista malo de Hollywood de liquidar a uno de los principales personajes de la trama en un tiroteo que no viene a cuento.

Sin embargo, no todo es negativo en la novela y más allá del engaño y a la posibilidad de, como afirma el bolero: “es posible amar a dos mujeres a la vez y no estar loco”. Hay otro tema que subyace en el libro que me ha parecido muy interesante. Y es lo mucho que los espacios, en este caso las diferentes casas donde habitan los personajes, puede modelar no solo el carácter sino la propia relación amorosa y el poder de transformación que pueden obrar en las personas. Hasta qué punto el 'hogar' forma parte de la relación sentimental que se establece entre dos personas.