Esto es propaganda vegana

Si algo hace peligrosos los prejuicios es que, generalmente, son una barrera infranqueable para nuestro propio crecimiento. Seguramente, a más de uno le echará atrás saber que Ed Winters es, lo que se dice, un Youtuber. Cerca de medio millón de subscriptores avalan el contenido de un canal que, a lo largo de una década, se ha expandido en otras direcciones gracias a su faceta de conferenciante o la consiguiente viralización del discurso “You will never look at your life in the same way again” (“Nunca volverás a ver tu vida de la misma manera”) y que, hasta la fecha, ha repetido en decenas de universidades británicas. Algunos hablarán de magnetismo o carisma, pero lo que ha distinguido a Winters de la masa gris de miles de youtubers, tiktokers y creadores de contenido es la articulación de un discurso perfectamente ponderado, capaz de convertir el veganismo en algo mucho más trascendente que un debate alimentario, sino en un hecho político en si mismo. Rehuyendo del histrionismo que muchas veces acompaña a la exposición de unos hechos que impactan y por supuesto dividen, Winters ha elaborado una obra que busca enseñarnos “a ver más allá de la fachada” porque, según dice, “es importante que nos demos cuenta del poder que tienen los medios y la publicidad a la hora de influir en nuestro consumo”.

“Esto es propaganda vegana” debería entenderse como un ensayo ampliamente documentado que, sin embargo, no aspira en ningún momento a ser parcial, objetivo; al contrario, su misma naturaleza apasionada consigue que los veganos se reafirmen en su visión del mundo y que aquellos que consumen carne, al menos de forma diaria como hacía el mismo Winters durante su adolescencia, empiecen a tener serias dudas de si es la mejor opción, para si mismos o para el planeta. La fuerza del libro reside precisamente aquí; en la capacidad de apelar a diferentes perfiles de lectores con el objetivo de proponer un nuevo punto de partida moral con el que deberían poner fin a sus dudas, pero también a las inquietantes contradicciones de una inmensa mayoría de población que se opone al maltrato animal pero que, aún así, se atiborra de carne día sí y día también.

La habilidad argumentativa de Winters queda reforzada por las referencias a su propia evolución personal, algo que refuerza la horizontalidad entre autor y lector, pero también por el hábil despliegue de datos contrastados que, como él mismo afirma, nos obligan a aceptar la oscura verdad que se oculta tras la feroz industria cárnica. Sumémosle, no está de más decirlo, el desparpajo narrativo de un chaval que roza la treintena y que ha conseguido sintetizar en poco espacio muchas cuestiones complejas con el objetivo de hacerlas entendibles para todo el mundo. La audaz vocación didáctica de Esto es propaganda vegana la convierten en una obra desafiante y de especial interés para comprender mejor los factores culturales que hay tras el veganismo, una de las grandes revoluciones culturales, y políticas, de nuestro siglo.