El estado de las cosas de Kortatu
LibrosRoberto Herreros / Isidro López

El estado de las cosas de Kortatu

7 / 10
Miguel Ángel Sánchez Gárate — 16-01-2014
Empresa — Cara B

El volumen escrito al alimón por Roberto Herreros -uno de los fundadores del colectivo y revista Ladinamo- e Isidro López -miembro del Observatorio Metropolitano de Madrid- no pretende ni mucho menos en erigirse en una biografía al uso de la célebre banda irundarra, aunque repase eslabones vitales de estos paladines del rock vasco de combate.

"El estado de las cosas" es una radiografía de lo que significó, tanto musical como extramusicalmente, el segundo trabajo de estudio de los hermanos Muguruza (Fermín e Iñigo) y Treku, uno de los estandartes de lo que se convino en llamar Rock Radical Vasco, término acuñado por los medios y que a muchos les pesará, pero que sirvió para demarcar ciertos sonidos que abrieron brecha en unos momentos y un lugar concreto.
Sus más de doscientas páginas extrapolan la carga política y musical en las que se gestó el trío, situándolo dentro de un contexto social e histórico de lo más álgido y significativo.

Con la fuerza de un subidón de anfetamina, arranca con chispeantes fogonazos a modo de anécdotas tanto de Kortatu como de sus vecinas bandas del imperdible y los pelos de punta, desgranando historias caústicas que rayan en muchas ocasiones el absurdo. Y donde no falta ni el surrealismo más voraz ni un sentido del humor abrumador.
A continuación se viste de seriedad, y se emboza con un tono ensayístico, para hacer un análisis sociológico de las sacudidas de la reconversión de los ochenta -con la todavía incipiente Transición y el contundente plan Zona Especial Norte, que tanto significó para el País Vasco- y una revisión de los escenarios políticos y sociales que se vivían en Europa, aludiendo también al carácter contracultural del movimiento punk, tanto a nivel continental como local - ciñéndose tanto al Estado como a Euskadi.
Un tercer bloque pasa revista de forma somera a la trayectoria del grupo -sus devaneos en el estudio de grabación, sus actuaciones, sus variadas giras europeas, y su implicación y relación con el movimiento autónomo allende nuestras fronteras.  Y la cuarta sección se centra en el análisis de las letras de las canciones del disco que nos ocupa, su explicación y su proyección ideológica.

Además, hay dos breves capítulos centrados en la visión personal de Fermín Muguruza sobre la lucha abertzale, con la mecha detonante que se enciende tras el asesinato de la militante ecologista Gladys del Estal, durante una concentración antinuclear en Tudela; y una suerte de epílogo dedicado a Negu Gorriak, la banda que tomaría el relevo y la herencia multicultural y visionaria de los últimos Kortatu.

En medio de estas partes claramente diferenciadas asistimos a declaraciones donde los protagonistas se posicionan sobre asuntos tan variados como las drogas, los Grupos Antiterroristas de Liberación, el Movimiento de Liberación Nacional Vasco y otros temas de interés. Uno de los hechos que quizás marca un antes y un después en la toma de posturas de la banda es el de vivir de cerca el atentado más sangriento en la historia de los GAL, que acabó con la vida de cuatro refugiados vascos en Hendaia, y que inspiró la canción "Hotel Monbar", uno de los temas señeros y con más fibra sensible de Kortatu.

Si a esto sumamos las declaraciones de músicos de su entorno (Ruper Ordorika, Roberto Moso, de Zarama; "El Ruso", de Hechos Contra El Decoro...), colaboradores de sus letras (los escritores Mikel Antza y Xavier Montoia), profesionales de la prensa y la industria musical (Pablo Cabeza de Egin y Radio Euskadi; Xavier Cervantes, de Rockdelux; Sagrario Luna; Elena López Aguirre, ex componente de Potato y autora de la recién editada y recomendable biografía que es "Hertzainak, la confesión radical"....), y allegados al trío (caso de Jitu, manager de Kortatu; o el activista Jean-Nöel Etxeberri "Tetx"...), el caleodoscópico resultado que arroja, no hace sino esclarecer las múltiples caras de un álbum que marcó un punto y aparte, eclipsado injustamente por una "festiva" ópera prima, y que ejerció una inflexión en la forma de entender música y conciencia como un ente indisoluble para Kortatu. "El estado de las cosas", tanto en papel impreso como en disco, es una Telecaster que dispara allí donde haya una causa perdida y quede una batalla por ganar.

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