Nos hemos acostumbrado ya a que Dirty Works concentre su producción, siempre enfocada a todo lo que concierne en el sur de Estados Unidos a los relatos. Y aquí vuelve a hacerlo. Titulado originalmente "Fckface", y con bastantes más relatos -se ha hecho en esta edición una acertada selección de los mejores – nos encontramos aquí con lo obsceno, lo brusco, lo anti social, lo crudo y lo oxidado que esperamos encontrar en cualquier historia que provenga de la parte más meridional de los Apalaches. Historias todas, y esto no nos parece casualidad, protagonizadas por mujeres. Una de ellas, claro está, esa Dolly Parton que, de la mano de El Ciento, toma la portada. Pero también historias tristes. Ni una alegría cabe esperar aquí, y eso tampoco es novedad. De hecho, nada lo es. Buena escritura, buena edición, magnífica portada…Todo cuidado al detalle. Vamos, un libro made in Dirty Works, algo que ya se ha convertido en una garantía de calidad.
Al tratarse de relatos relativamente cortos, ya que el más largo de ellos se va a las treinta páginas y algunos se quedan por la mitad, la lectura además es amena. Eso sí, el ambiente común e todos ellos, en una sociedad putrefacta y de difíciles condiciones vitales, hace que mantengamos la sensación de coherencia a lo largo de toda la lectura. No entraremos en las temáticas concretas. Tampoco es plan de revelarles escenas, a veces, muy cortas, pero ya lo pueden suponer: Aparentes jefes despiadados, parques de atracciones, rifles, coches de tercera o cuarta mano, fuegos inesperados en el bosque, relaciones imposibles…Hablamos de literatura sureña y de Leah Hampton, de madre inglesa pero de padre de Kentucky. Y aunque ella ha vivido buena parte de su vida en Carolina del Norte, conoce de primera mano el terreno al venir de clase obrera, y se nota. La también escritora Elizabeth McCracken la define como “despiadada, como la vida misma”. Pues esto es.

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