Historiador, esgrimista, locutor de radio, piloto comercial, guionista, empresario y, por si fuera poco, vocalista de uno de los mayores iconos de la historia del heavy metal. Puede que no exista otro personaje tan polifacético en el mundo del rock: incombustible a sus sesenta años, Bruce Dickinson repasa su vida mediante un texto cargado de flema británica. El resultado se materializa en casi cuatrocientas páginas centradas en su vida y sus aficiones que, por momentos, parecen resultar tan determinantes como su pertenencia a Iron Maiden.
El libro sabrá a poco a sus acérrimos por lo poco que habla de sus compañeros de banda o lo breves que llegan a ser algunos episodios claves en su trayectoria. Su humor ácido, mermado considerablemente en esta traducción al castellano, consigue desmitificar el aura de beatitud construida en torno a Iron Maiden con menciones oportunas a diferentes excesos. Omitiendo cualquier referencia a su vida familiar por lo que a matrimonios, divorcios e hijos respecta, Dickinson incide en describir las causas y consecuencias de algunas de sus mayores pasiones (la esgrima o la aviación) en un libro que permite conocer, más y mejor, a un músico tan imprescindible como necesario.
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