Afropean. Notas sobre la Europa negra

En un momento en el que urge debatir sobre la reconstrucción de las identidades aparece este apabullante “Afropean. Notas sobre la Europa Negra”, un lúcido estudio que consigue dos efectos inmediatos sobre el lector. En primer término, desballestar ese tópico de la Europa blanca, difícilmente defendible en una coyuntura –la actual– marcada tanto por la multiculturalidad como por la globalización; en segundo lugar, ofrecer un cuidadoso ejercicio de visibilización relativo a comunidades sometidas a la indiferencia, el aislamiento y, por supuesto, el racismo ejercido a diferentes niveles de intensidad. Su autor, el periodista Johny Pitts y principal responsable de la revista digital Afropean –ganadora de Premio ENAR (European Network Against Racism)–, consigue cartografiar en poco más de cuatrocientas páginas ese continente alternativo mediante un recorrido por ocho grandes capitales (París, Bruselas, Ámsterdam, Berlín, Estocolmo, Moscú, Marsella y Lisboa) con su Sheffield natal como punto de partida.

En su relato, Pitts nos acerca a la realidad de los llamados afropeos, ciudadanos europeos de ascendencia africana y que, como bien señala su autor, constituyen un caleidoscopio de nuevas identidades que sólo pueden ser entendidas asumiendo que vivimos en un continente en plena mutación. Por ello, “favelas caboverdianas, mercadillos argelinos, chamanismo surimanés, reggae alemán y castillos árabes” son, por pleno derecho, parte de su geografía humana.

Uno de los principales puntos fuertes de “Afropean” es su doble lectura; por una parte, se puede disfrutar como una detalladísima crónica periodística que permite descubrir esa Europa medio oculta, forjada en las periferias, barrios obreros y poblados chabolistas; por la otra, nos puede sumergir en el viaje transformador que experimenta uno más de esos millones de afropeos; un testimonio en primera persona en el que Pitts no sólo descubre a sus semejantes, sino que se descubre a sí mismo. El autor nos habla de ellos y él; de las infinitas “grietas” que representan estas comunidades y, con una humanidad exultante, retrata magistralmente tanto a los personajes como los escenarios en los que se mueven. Esa alta capacidad descriptiva y su absoluto dominio del lenguaje –así lo demuestra la soberbia traducción de Miguel Marqués y Maria José Borrego– hacen de “Afropean” un lectura tan enriquecedora como necesaria. Sin duda, un nuevo y rotundo acierto de Capitán Swing.