Tras desarrollar buena parte de su carrera musical en ese haciendo palanca entre hip hop e IDM, abriendo un boquete por el que también se colaron otros como Dabry y Mike Ladd, Bryan Holloy parece estar más interesado últimamente en las melodías pop. Por suerte, el suyo no ha sido un viaje cuesta abajo como el de RJD2, en gran medida porque ha optado por dejar que otros sean quienes aporten las ideas y la materia prima en ese campo, colaborando estrechamente con tipos como Gruff Rhys en Neon Neon. Tres años después del aclamado “Stainless Style” (Lex, 08) –y seis desde que publicó su último largo como Boom Bip-, Holloy vuelve con un álbum cuyo sonido debe interpretarse en parte como una continuación de aquél. En “Zig Zaj” abunda la melancolía electrofuturista y sobresalen las colaboraciones de Alex Kapranos y Kate Le Bon, pero en el fondo donde Boom Bip suena más convincente y fiel a sí mismo es en los alargados desarrollos de “TumTum” (o “Automator”, depende de en qué tracklist mires, en todo caso la única canción que dura más de nueve minutos) o en el groove tenso de “Pele”, un tema que bien podría haber firmado DJ Shadow junto a Vini Reilly. En el fondo, el nuevo largo de Holloy nos deja con cierto mal cuerpo: Gruff habrá ganado un colaborador de altura, pero nosotros hemos perdido algo por el camino.
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