El thrash y el metal en general no serían lo mismo sin Slayer. Tras escuchar este bullicioso y sangrante “World
Painted Blood” dan ganas de gritarlo una vez más a los cuatro vientos. Los californianos siempre se han mantenido por encima de la media, pero aquí consiguen depurar todo aquello que esbozaron en “Christ Illusion”, marcado por el feliz retorno del batería Dave Lombardo, para entregar el que probablemente sea su mejor disco desde “Seasons In The Abyss”. Los Slayer del 2009 no inventan nada (hasta ellos mismos se autodefinen como los AC/DC del thrash), pero nadie toca como Tom Araya y los suyos. Así de simple y así de claro.
En su última entrega priman claramente la crudeza y la velocidad, como advierte uno de los arranques más vertiginosos desde su clásico “Reign In Blood”: “World Painted Blood”, “Unit 731” y “Snuff” son material cien por cien inflamable; un explosivo cóctel de riffs urgentes, ritmos huracanados y atropellados solos de guitarra emanando a borbotones como en los mejores tiempos. Jeff Hanneman recupera el protagonismo y la inspiración (la violenta “Psycopathy Red” es casi perfecta); Kerry King mantiene el pulso en “Hate Worldwide”, “Public Display Of Dismemberment” o la efectiva “Americon”, una de esas piezas con gancho, en la línea de “Cult”, que tanto gustan al calvo tatuado; y los medios tiempos de “Beauty Through Order” y “Playing With Dolls”, muy en sintonía con los Kreator más experimentales, aportan el oxígeno necesario para que todo fluya sin coágulos. Disfrútenlo sin salpicar demasiado.
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