Bendecido por Mogwai (Suart Braithwaite es el impulsor del sello que publica este álbum, segundo de los escoceses) y con un título verdaderamente explícito ("Cuando el cielo cae, lo hace sobre tu cabeza"), las nueve canciones de este trabajo no defraudan en ni uno solo de sus 36 escasos minutos.
Apelando al refranero, podríamos decir que "lo bueno, si breve, dos veces bueno", dictamen que aquí eleva el bueno a la enésima potencia para cambiar la brevedad por un rock tan lento como apasionante, que se queda grabado en la cabeza (la misma sobre la que el cielo se ha desplomado) durante horas. Tan cerca del folk como del dream-rock, The Zephyrs se marcan uno de los mejores momentos del año ("Stargazer") y tiran de cuerdas y emoción para crecer sin aparente límite (de hecho, el disco parece recrearse en un final pleno de belleza, demostrando que el rock también puede ejecutarse a cámara lenta, como si nada estuviera pasando; como muestra, un botón: Rachel Goswell, de Slowdive, pone su voz a "Setting the sun"). Todo encaja a la perfección, incluyendo el interludio de "The green tree", en unos minutos en los que la melancolía se hace música con extraordinaria brillantez, sin necesidad de barroquismos. Lo justo para hacerse grandes y reclamar un hueco en el cielo, en el olimpo y, principalmente, en nuestras discotecas.
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