Consciente quizás de ese descalabro, Roderick ha vuelto a la palestra rápidamente y ha editado un segundo trabajo, también en Barsuk, que, como lo diría, le redime de todos los pecados de su debut. Rodeado otra vez de lo mejor de la escena de Seattle, es decir, los de siempre (Ken Stringfellow, Jon Auer, Peter Buck y Scott McCaughey, entre otros), ha facturado un convincente y a ratos genial tratado de pop atemporal de maneras indies por encima de la media. En “When I Pretend To Fall” hay un poco de todo. Medios tiempos emocionantes, como los de “Cinnamon” o la bellísima “Stupid”, composiciones pop vitaminadas, la power popera “New Girl” y “Prom Night And Hater High”, y piezas de orfebrería melódica de la talla de “Scared Straight” y “Shapes”. Lo dicho, nueva vida para los Long Winters en un disco que no merece pasar desapercibido.
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