Moisturizer
DiscosWet Leg

Moisturizer

8 / 10
JC Peña — 11-07-2025
Empresa — Domino / Music As Usual
Género — Indie rock

Las británicas Rhian Teasdale y Hester Chambers vivieron ese éxito casi instantáneo reservado a muy pocas bandas. Las canciones frescas y mordaces de un debut que reinventaba con talento los postulados del indie pop original, conectaron como pocas veces pasa. Su celebrado primer LP les llevó a vivir dentro de una gira interminable que, por fortuna, no ha acabado con ellas, pero las ha cambiado. El núcleo duro siguen siendo ellas, pero los tres músicos que las acompañan han aportado un músculo que define parcialmente esta secuela que combina lo primario con la sofisticación.

Algo ha pasado en estos años, que las guitarras hace poco denostadas como reliquia anacrónica han vuelto a irrumpir con fuerza. Se han revitalizado géneros que nunca se acabaron de marchar. Y Wet Leg son protagonistas en este nuevo ciclo de la música electrificada que aspira a llenar festivales.

Más grupo que nunca junto a sus compañeros, las amigas procedentes la diminuta isla de Wight han endurecido parcialmente su sonido y también su estética: de colegialas un poco perversas deudoras del pop imaginativo de los noventa a abanderadas de otra vuelta de tuerca del post-punk rítmico, con bajos graníticos y riffs agresivos de guitarra. Sin embargo, no nos engañemos por el aspecto amenazador de Rhian y los singles iniciales: “Moisturizer” mantiene e incluso profundiza en la dulzura melódica en buena parte de los cortes.

Son doce canciones concebidas como otras tantas tomas sobre el amor, y cuyo sonido es igualmente variado: tiene toda la pinta de ser un disco que va a ganar con las escuchas. Entre la ferocidad de “CPR”, “Pillow Talk” o “Catch These Fists” y el pop depurado y soñador de “Pokemon” o “Liquidice” media un pequeño abismo, que ellas se encargan de rellenar a base de matices.

No es ningún secreto que las británicas beben sobre todo de las fuentes de los noventa: de Pixies y The Breeders a Nirvana, Pavement o incluso Lemonheads. Aquí amplían la paleta con la complicidad del productor Dan Carey (Fontaines D.C., Goat Girl). Además de endurecerse en varios cortes, refinan su sonido hasta meterse en el shoegaze (“Don´t Speak”), e incluso baladas que nos llevan al otro lado del Atlántico (“Mangetout”).

En las letras, sarcasmo anti-brasas, lujuria sin cortapisas, amor y ternura… Lo más meritorio de Wet Leg es que han sido capaces de construir su propio mundo en tiempo récord; un universo inteligente, mordaz pero también tierno en el que han incluido a un público muy numeroso que les seguirá con entusiasmo en estas nuevas peripecias sentimentales, que pasan de la ironía y la confrontación a la dulzura y finalmente la ausencia de cinismo. Madurez lo llaman.

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