Bleeds

"Bleeds" es uno de esos discos a los que es difícil separar de las circunstancias en las que se ha grabado. Recapitulemos, con su anterior trabajo, "Rat Saw God", Wednesday (23) pasó de semidesconocidos a uno de los grupos de rock favoritos de la crítica, poco después comenzaron una gira por todo el mundo, que incluso les trajo al Primavera, entre medias su guitarrista, MJ Lenderman, grabó un disco en solitario, colaboró en otro con Waxahatchee, y se convirtió en la sensación del 2024. Para el último concierto de la gira, en marzo en Tokio, la relación entre la cantante y principal compositora, Karly Hartzman, y Lenderman había terminado,

Sin decírselo a nadie, se metieron en el estudio y grabaron las canciones de este "Bleeds", compuestas antes de su ruptura, y una vez grabadas salió a la luz, con la noticia de que Lenderman iba a dejar de girar con ellos, aunque iba a seguir siendo miembro de la banda para los discos de estudio.

Así que hay mucho que procesar aquí, de primeras, cuando en mayo de este año escuchamos el primer adelanto del disco, "Elderberry Wine", era como si Karly Hartzman quisiera dejar claro que ella también podía hacer canciones tan bonitas como las del disco en solitario de Lenderman o las de Waxahatchee en su último disco. Es efectivamente un temazo a la altura de un "Right Back To It" o un "She's Leaving You" en el que la mezcla de la banda se decanta más hacia el country que hacia el noise pop.

Pero desde los primeros segundos de "Reality TV Argument Bleeds" queda claro que Wednesday siguen teniendo aristas y músculo, que siguen rugiendo y arañando, que son los mismos de "Bull Believer", en "Bleeds" hay una canción hardcore y la cantante se desgañita en muchas ocasiones como si le fuera la vida en ello, las guitarras siguen sonando sucias y desbocadas y Hartzman sigue escribiendo brillantes letras confesionales. Sí, "Elderberry Wine" es la canción más bonita que han escrito nunca pero este disco todavía hará que tu madre gire la cabeza y te diga que apagues la música.

"Bleeds" suena a catarsis, a una banda alcanzando su pleno potencial a la vez que enfrenta su posible disolución, sonando maduro y honesto a la vez que da zarpazos de electricidad y distorsión. Hartzman sigue siendo una de las mejores letristas de su generación, dejando reflexiones cómicas, junto a momentos totalmente personales y profundos. Así, un momento estamos riendo a carcajadas después de escuchar una de las mejores frases de este año, "Vimos un concierto de Phish y la película "The Human Centipede", dos cosas que ahora desearía no haber visto nunca", en otro es imposible no pensar en la relación entre Hartzman y Lenderman, "Me da mucho miedo que haya mujeres menos malcriadas por tu conocimiento, más nuevas y mucho más dulces, mucho más pacientes, con mucho más de lo que yo puedo dar".

En el disco los momentos más calmados combinan a la perfección con los más ruidosos y con aristas, a veces en la misma canción, como en la maravillosa y explosiva "Pick Up The Knife", aunque el contraste más claro sea que en "Bleeds" convivan la explosión hardcore de "Wasp" con la calma tensa de "Carolina Murder Suicide", siendo esta última, posiblemente, mucho más amenazante que la primera.

Por supuesto, Wednesday no se olvida tampoco del 'twang' y el country, no solo en su vertiente más folk y bonita, como en "Elderberry Wine" sino también en el ritmo trotón de "Phish Pepsi" o en el final con "Gary's II" que les da la oportunidad a sus dos guitarristas a lucirse con la pedal steel y el 'fingerpickin', del que Lenderman es un maestro.

Aun así, el corazón del disco está en esas canciones con ecos al rock alternativo de los 90, tocadas eso sí como si fueran una panda de chavales sureños criados a base de Hank Williams, como "Wound Up Here (By Holdin On)", "Reality TV Argument Bleeds", "Bitter Everyday" o la mencionada "Bitter Everyday", en la que vuelven a mezclar a la perfección distorsión y pedal steel como ya hicieran en "Chosen To Deserve". Aunque puede que la canción más significativa termine siendo esa "The Way Love Goes" con la que Hartzman se descubre el alma en plan confesional y poca asistencia de la banda, y podría apuntar a un futuro sin Lenderman en la banda...

Pero mejor no hacer predicciones y congratularse con un disco que responde a las enormes expectativas creadas y estará luchando a final de año por colarse entre los mejores discos de este 2025.