El debut de los americanos Velvet Davenport es algo más que un fascinante ejercicio de nueva psicodelia. En realidad, “Warmy Girls” suena más como una interrupción de las leyes del espacio/tiempo, o como si Syd Barrett hubiera vuelto a la vida en algún rincón de California. Para encontrarle parientes cercanos y coetáneos, habría que recurrir a Ariel Pink o a los también neoyorquinos Pigeons, pero es tanto como decir que Velvet Davenport son extraños y únicos, y quizás sea lo que mero valga la pena subrayar ellos. Porque las canciones de Parker Sprout son preciosas, retales de veranos pasados que alguien dejó olvidados en una vieja caja de galletas, olvidada en algún cajón, junto a viejos singles de los Youngbloods y Chad & Jeremy. Canciones como “Run Faster Lady” irradían esa clase de fascinación juvenil por la tristeza lisérgica que sólo los que saben que tienen todo el futuro ante sí pueden permitirse sin caer en la mueca grotesca. Cómo duele la juventud y cómo la echamos de menos una vez se nos ha escurrido entre los dedos. Y en enero podremos verles en directo.
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