Se podría decir mucho sobre el pasado de Vincent Von Reverb antes de conocer a sus vaqueros eléctricos, pero todo aquello es otra historia... así que, tras pasarse una temporada echando una mano a Aerobitch, el hombre nos presenta su largo junto a los vaqueros rockeros y que sigue una línea tan férrea y directa como la que marcan sus patillas: rectas y continuas.
Este disco, grabado por Cocky (Shock Treatment) en los estudios Rockaway en un ya lejano 1999, resulta ser un efectivo ejercicio de rock y de guitarras eléctricas entre lo clásico y lo punk, obteniendo un efecto similar al que produciría un Elvis atiborrado de anfetaminas y, delirante en su orondez, intentando superar sus mejores composiciones, pero con una inmediatez y un sonido a lo último de Frank Black y sus católicos. Así, tras esa portada con máquina de pinball incluida, se esconde un trabajo que hará vibrar a propios y extraños, capaz incluso de hacer resucitar en los menos entregados esa lucecita del rock con esos textos hirientes y canciones como “Ángeles Caídos”, “Pequeña Ola De Amor” o “He Muerto Miles De Veces”.
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