Discos como “Victory Shorts” son la banda sonora para un despertar de resaca. No uno de esos dolorosos y lacerantes, más bien de los ideales para una borrachera cualquiera con sus excesos tragicómicos pero también con sus grandes momentos en plan ¿te acuerdas de cuándo...?
Dan Michaelson canta como si todavía se estuviera desperezando, pero con la lucidez de alguien que no ha dormido mucho que digamos y con un tono de voz a medio camino entre Bill Callahan y Charles Bukowski. El resto recuerda a The Silver Jews, tanto por el contenido de las letras como por el hábil uso que hacen del country-folk de taberna y los estribillos pop. Hay historias hilarantes, como la de “Boy They Do It These Days” y grandes momentos para la posteridad del cinismo como “The Nurses Don´t Notice A Thing” o “Bitchstealer”, canciones en las que la rasposa voz de Michaelson aprovecha el contraste con los coros de la teclista Melinda Bronstein y, como suele suceder con las resacas menos cabronas, al final del disco uno tiene la sensación de que vivir vale la pena, aunque sólo sea para reírse de todas las cosas chungas que pasan ahí fuera.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.