Texturas envolventes que invitan a la distensión y a relajarse profundamente, sin dejar de prestar atención a sus sonidos. En algunos momentos se acercan con elegancia a propuestas como las de Salako o The Beta Band, sin la dispersión de los primeros y menos locura que los segundos. En ocasiones parecen querer rastrear en la pura psicodelia de los sesenta (“Bijoux”) con aire progresivo y floreado, contando con acertadas canciones realmente creadas para poder ser pinchadas como “Kid You´ll Move Mountains” en pleno éxtasis de sitar, sin perderse en la exploración de terrenos pantanosos que en demasiadas ocasiones derivan en la trivialidad de otras propuestas Consiguiendo además, gracias a su base tecnológica (ahí está “Crayon” dándole la mano a The Sea And Cake), devolvernos con suavidad a los tiempos que vivimos.
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