Conticinium

Probablemente nos encontremos frente al álbum más importante en la trayectoria de Manuel García hasta la fecha. Y es que con “Conticinium” UNER vuelve a respirar como proyecto, regresando a la vida del productor para equilibrar la balanza que hasta ahora lideraba únicamente NIN3S. Un álbum que habla de identidad y marca la reconciliación del músico con el pasado. Un juego de honestidad en el que prioriza las emociones y la sencillez a la hora de construir su actual universo. La reconstrucción emocional a través de la música, la búsqueda de la belleza en lo esencial.

Con una clara filosofía minimalista, UNER compone un álbum casi místico en el que parece no haber límites. Trabaja los espacios de una forma magistral, disciplinada, logrando mantener la tensión tema tras tema y generando así todo tipo de emociones que sobreviven encapsuladas en forma de canciones. De esta modo, “Conticinium” se empuja a través de la búsqueda de una realidad que solo se puede alcanzar dejando cosas por el camino. Representando una transformación personal cuyo resultado final llega tras superar las llamas (“Flames”) e incidiendo en los límites de lo que verdaderamente es necesario para crecer y evolucionar.

Y es que hay una clara intencionalidad por parte de Manuel de que este disco se viva como una verdadera inmersión sonora. De ahí la fuerza que muestra el proyecto a la hora de agarrarte desde la primera canción y ya no soltarte hasta el cierre. El productor te invita a un viaje en busca de la luz, con sus subidas, bajadas y aprendizajes. Algo que al fin y al cabo podría representar perfectamente la viva imagen de la vida misma. Por ello, pese a la no catalogación general del álbum como un género en concreto, en ocasiones se sumerge en el IDM, recibe del breakbeat o explota el neo-trance. Un recorrido sonoro al que no ha querido poner límites, pero en el que a la vez sí que ha buscado tener el control total de las cosas. Donde, pese al trato minimal de los temas, sientes que con cada avance al frente te vas llenando de más y más matices, paisajes sonoros (“Time Masses”) que se retroalimentan entre sí buscando una conclusión común. Un cierre que les lleve a comprender que con poco se puede generar mucho más de lo que creemos (“Renaste”).

El regreso de UNER se presenta por tanto como un enorme respiro en el presente para el propio músico y la aceptación de su identidad actual. “Conticinium” trata así de ir a la esencia de las cosas para empezar desde cero, siendo transparente y encontrando la cura a todos los monstruos gracias a la música. Una síntesis de lo que UNER significa en el presente y una nueva puerta a lo que Manuel puede ser en el futuro.