El tercer trabajo -segundo álbum, pues se estrenó en Ep- de Marco A. Maril (todavía nos acordamos de Dar Ful Ful) es una rara artesanía mimada al detalle, cocinada en casa y pulida por las manos de Arturo Vaquero en su estudio de Abrigueiro.
Si algo caracteriza a este disco es el salto del pop electrónico a nuevas texturas más acústicas, propiciadas por la presencia de ukeleles y mandolinas en casi todas las canciones. Además, “Un rayo de sol” está lleno de curiosidades: el regreso de Ana D, a dúo con Marco en “El balneario”; la versión de “Bellow The Stars”, trasladada con destreza al personal universo de Apenino; y “Sol de Japón”, recuperada del recopilatorio Bon Voyage. Hay también alguna vieja conocida que no ha faltado en los escogidos conciertos que Apenino ha ofrecido durante los tres años que ha tardado en gestar el álbum, “El chico de la camiseta a rayas”, perfecta introducción que además ha inspirado la portada. Pero toda la riqueza de “Sol de invierno” se condensa en “Días de septiembre”, perfecto resumen del afán coleccionista (de sonidos) de Marco, con pasajes oscuros y medidas dosis de optimismo.
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