A LD Beghtol le ha llegado la hora de sacar la cabecita entre la elite del pop independiente norteamericano. Su trabajos bajo el nombre de Flare y sus colaboraciones con Stephin Merrit (como voz invitada en alguna canciones de “69 Love Songs” y formando parte de The Three Terrors) le habían servido para darse a conocer, pero este “Tragic Realism” es su reválida definitiva, su entrada a los altares del género.
¿Sus armas para conseguirlo? Una canciones repletas de guiños a mil y un estilos que acaban por reformular, de forma modesta y sin complejos, el pop de las pasadas cuatro décadas. El artista norteamericano se mueve de perlas en el terreno que va de la música de raíces estadounidense (“In Blue”, “Burn, Burn, Burn In Hell” o esa impagable revisión en clave country del universo Morrissey que es “When We Dance…”), al pop de toda la vida (la spectoriana “Always The Last To Know” vale un imperio), para dar forma a un cancionero que a nivel lírico no tiene desperdicio. Beghtol (algo así como el hermano barbudo y realista de Colin Meloy) hace gala de todo su ingenio y sentido del humor para rajar sobre sus ex novias y reírse de la muerte, las depresiones y, claro está, de él mismo.
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