There Is Nothing In The Dark, That Isn’t There In The Light
DiscosTom Smith

There Is Nothing In The Dark, That Isn’t There In The Light

7 / 10
Olivia Jahl — 16-12-2025
Empresa — Play It Again Sam
Género — Indie pop

Existen varios motivos por lo que este debut del vocalista de Editors al margen de su banda madre podría llegar en el momento adecuado. Para empezar, enfrascarse en una obra de aspecto otoñal resulta favorecedor para Tom Smith, después de la reiteración que habían supuesto las últimas (y algo vacuas) entregas de Editors. Resulta, además, que el británico parece estar inmerso de lleno en esa etapa de madurez compositiva que, antes o después, parece inundar a cualquier músico, por lo que la referencia en cuestión luce apropiada y del todo justificada para un artista inmerso en la mediana edad.

El resultado es “There Is Nothing In The Dark, That Isn’t There In The Light”, un bonito y sincero decálogo en el que el de Gloucestershire se inspira en Nick Drake, Bill Fay, Elliott Smith o Tim Buckley. Referentes que sirven al cantante para completar una serie de canciones intimistas empeñadas en partir de un alma manifiestamente acústica y que, dependiendo de la ocasión, resultan más o menos vestidas y adornadas, respetando en cualquier caso aquella esencia global que pudo impulsarlas en origen.

Desaparece así la grandilocuencia (en ocasiones algo desmedida) tan habitual en el catálogo de Editors, para remarcar a cambio el poder evocador de unas piezas que apuestan por el calado emocional. La reconocible voz de Smith, aquí comedida en potencia y enriquecida a cambio a través de delicados matices, ejerce como denominador común de una secuencia con gemas como “Deep Drive”, “How Many Times”, “Nothern Line”, “Souls”, “Endings Are Always Breaking My Heart” o ese adecuado cierre que es “Saturday”.

A pesar de ciertos tópicos reconocibles en este tipo de permisividades por parte de nombres consagrados que apuestan por emprender una carrera en solitario con la que dar salida a su faceta más íntima, lo cierto es que “There Is Nothing In The Dark, That Isn’t There In The Light” cabe entenderse como acierto. Un álbum de formas limpias que se sitúa lejos de cualquier euforia, pero que sin duda funciona cuando de musicar esos días grises que acontecen en estos meses al otro lado del cristal, materializado con elegancia y (casi siempre) buen gusto.

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