Cuando Tom Misch conoció a Yussef Dayes en la fiesta de presentación de “Geography” (18), ambos se convirtieron en fans el uno del otro. Baterista de referencia, Dayes estudió con Billy Cobham –el que fue batería de Miles Davis– y formó parte de la banda de jazz United Vibrations. Tras esa conexión, decidieron juntarse en el estudio sin ninguna expectativa y surgieron varios temas. Esa inspiración conjunta culminó en “What Kinda Music”, donde las sinergias convergen hacia un mismo punto de manera muy definida y compacta. Una unión que se ve reflejada durante todo el álbum: el guitarrista asentado en el R&B y el funk y el baterista de jazz se entienden a la perfección y han terminado creando una especie de jam session de doce temas hechos con calma y reposo, con una producción minuciosa por parte de Misch muy sólida a nivel artístico.
La experimentación es una de las bases rítmica de Dayes, lo que se percibe ya en los primeros segundos del disco conjunto: “What Kinda Music”, la canción que da nombre al álbum, es una apuesta total a sonidos que se alejan, de primeras, a lo que venía haciendo Misch. Los sonidos acústicos más primitivos se unen con ritmos electrónicos, la batería de Dayes y la voz de Misch. Pero a medida que avanza la canción se torna más pop, algo que se repite en partes de canciones como “Tidal Wave”. Por momentos, además, se avanzan signos de improvisación –tan característicos del jazz– en “Lift Off, I Did For You” o “Kyiv”, en los que también vibran los toques rockeros de la guitarra de Misch y el virtuosismo a la batería de Dayes.
“What Kinda Music” no es el álbum que sigue a “Geography”, el anterior álbum de Misch, en cuanto a electro-pop con esos temas como “Disco Yes” o “Lost In Paris”. Es el que lo sigue en términos de investigación, de rebuscar en el propio sonido y de descubrir nuevas sinergias con otros músicos e instrumentos. No solo con Dayes, coautor del álbum, sino con otros artistas espectaculares como el bajista Rocco Paladino –con quien Dayes ya colaboró en el breve EP “Duality” (19)–, el saxofonista Kaidi Akinnibi o el rapero Freddie Gibbs. Para Misch, tiempos pasados fueron mejores, o así lo muestran las letras de sus canciones. Pero en cuanto Gibbs toma el mando de la lírica en “Nightrider”, las palabras se orientan hacia el racismo y el mundo gangster. La unión entre estos dos artistas es la confirmación de dos almas artísticas inquietas, en permanente evolución, y también una transportación muy talentosa del jazz a terrenos del funk y el pop.
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