Symposium se desvanecieron hace cuatro años sin apenas dejar rastro y sin un triste epitafio con el que enjugar el amargor producido por el ninguneo al que fueron sometidos.
Will McGonagle y Joe Birch, ahora en Hell Is For Heroes, reirán mejor, seguro, cuando “The Neon Handshake” comience a acaparar la atención de medios y, mucho más importante, fans de todo el mundo. Producido por Pelle Henricsson y Eskil Lovstrom -totems del underground sueco con discos de Refused, Starmarket o Fireside en su hoja de servicios-, el debut del quinteto londinense amenaza con eliminar la cuota de pantalla de la que han gozado últimamente Hundred Reasons, Lostprophets o The Used. Impulsado por el combustible de un single prácticamente perfecto –“I Can Climb Mountains”- y avalado por un tracklist de frescura e interés creciente –el disco termina mucho mejor de lo que empieza gracias al aporte de matices que supone el desespero de “Disconnector”, la mutante delicadeza de “Slow Song” o el acertado apunte post-punk de “Retreat”-, este disco es argumento suficiente como para hacerles sitio en lo más alto del podio del rock británico reciente. Junto a Ikara Colt y Queen Adreena, a ser posible.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.