Excelente doblete. Cuando algunos de nosotros descubrimos “Come From Heaven” (Melankolic/Virgin, 97) nos pareció imposible superar tal fusión de tristeza y sensualidad. Ese disco era la luz que permitía al mismo tiempo soñar, sentir la nostalgia reptante y, sobre todo, verse superado por la belleza desmesurada de alguno de sus temas. La instrumentación se basaba en la combinación inteligente entre el pasado (los samples) y el futuro (la producción sonaba a moderna).
El siempre difícil segundo paso ha sido, en el caso de Andy Jerks y Corin Dingley, desprenderse de parte de los samples y buscar la vía de los instrumentos tradicionales para llegar a ser apodados como banda. Un destino que parece escapárseles de las manos allí donde la sección orquestal se muestra muy abierta (“Dim” y “Almost There”), pero que sorprende por haber ocasionado un resultado parecido -Alpha sigue guiando tu propia serenidad- aunque algunos de los temas nuevos no transciendan tanto. La clave reside de nuevo en la calidad de las voces invitadas (las mismas, y terreno en el que Martin Barnard sigue sumando triunfos en su peculiar forma de lamentarse) para convertir su soul sedoso y evocador en la perla bristolania menos explorada, pero más celebrada entre la minoría. Divina minoría.
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