Apuntando hacia la actitud y la grosería musical de The Darkness, pero sin perder de vista el sonido más retro y clasicote de Jet, esta nueva sensación británica reclama sus cuarenta y cinco segundos de fama con un disco de presentación que, pese a los esfuerzos compositivos y promocionales, no consigue en ningún momento ni la inmediatez de los de Justin Hawkins ni el calado melódico de los australianos.
Once pretendidas bombas de hard rock a lo Aerosmith, Guns n´Roses y compañía que quedan reducidas a la calidad de balines ante lo exasperadamente convencional y tópico de su propuesta. Nos presentan “The Glitterati” como la analogía a debuts tan espectaculares como los de Buckcherry o, grave infamia, Guns N´Roses. Ni por asomo. Quizás si la creación de expectativas no fuera tan ambiciosa podríamos recrearnos más en sus contadas virtudes: un cierto fulgor rockero seductor y divertido en “Back In Power” o “Here Comes A Close Up”, el medio tiempo resultón “Don´t Do Romance” y la producción eficaz de Mike Clink; sí, efectivamente, el tipo de “Appetite For Destruction”, que lo hace lo mejor posible para capturar la esencia de los de Leeds. El problema es que lo consigue.
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