“Hyper-Dimensional Expansion Beam” (Haz de expansión hiperdimensional, en castellano) es el místico título del nuevo trabajo de los abanderados del jazz británico, The Comet Is Coming. Sin dudas un nombre que ahorra humildad y promete grandes flipadas ¿Las consigue? A medias. Este quinto largo del grupo de Londres se propone un viaje signado por un sonido impecable, una ejecución genial y algunas ideas llevadas a cabo de un modo extraño.
Es real que el guía espiritual de la banda es el saxofonista Shabaka Hutchings (ex Sons Of Kemet) y su protagonismo será siempre parte importante del sonido del grupo, pero entiendo que en este álbum su aporte es exagerado, de momentos burdo. Porque es raro vestir una bases con carácter y vuelo como las de “Lucid Dreamer”, “Atomic Wave Dance” o “Pyramids” con un arreglo de saxo en plan after hour peligroso. Las repeticiones a las que Hutchings somete a su instrumento resultan poco felices cuando la frase de por sí no intenta otra cosa que agitar como lo haría cualquier DJ de EDM capaz de poco más que musicalizar reels de fútbol en Tik Tok. Quizá el ejemplo más claro de este desfase se aprecia en “The Hammer” en el que los sintetizadores y baterías parecen estar en una canción distinta (y mejor) que la contiene al saxo. Pero también hay que decir que hay tozudez en el concepto –que se repite en varias canciones más–, lo que da cuenta de que esta es la propuesta del grupo en 2022. Guste o no, el sonido de estas melodías tan frenéticas como aburridas se ha tejido a conciencia.
Si la cosa funcionara más por los derroteros que nos llevan temas logrados como el pequeño interludio “Tokyo Nights”, la calma (tomando como medida el resto del disco) “Frequency Of Feeling Expansion”, la misteriosa “Aftermath” o la progresiva “Angel Of Darkness”, estaríamos hablando de un disco de una escuchabilidad mucho más agradable y sencilla.
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