Backseat Rhythms

Cuando el calor más apretaba, un soplo de aire fresco nos llegó en forma de disco de rock genuinamente australiano. Y es que una de las bandas más en forma de aquellos lares, como demostraron con sus visitas a nuestros escenarios el año pasado y el anterior, publicaba nuevo disco. Se trata de The Casanovas y la fecha de salida de este “Backseat Rhythms” fue, de manera totalmente anti comercial, el 25 de agosto. Así que algunos también han podido disfrutar del álbum para sobrellevar la ingrata y dura vuelta al trabajo. Porque con este álbum no se puede hacer otra cosa que no sea disfrutar. Con “Reptilian Overlord” (20) ya lo pasamos en grande y ahora hemos vuelto a hacer lo mismo desde el momento en que el disco cayó en nuestro reproductor.

El trío de Melbourne estrena batería, Brett Wolfenden, y repite el resto de formación con Damo Campbell al bajo y Tommy Boyce, auténtica alma máter del proyecto, liderando el cotarro. Para este quinto trabajo de su carrera, además, han contado con un auténtico hacha de las mezclas, como Ron Nevison, ingeniero del mismísimo "Quadrophenia" de The Who y que también ha trabajado con Led Zeppelin, UFO o Thin Lizzy. Así que si algo sonaba mal sería porque las canciones no daban la talla, cosa que evidentemente no pasa.

Su mezcla de hard rock y rock clásico ni falla ni tiene desperdicio, y con ella por bandera vuelven a necesitar menos de cuarenta minutos para ponernos las pilas. Cierto es que se detecta un leve levantamiento del pie del acelerador respecto a su predecesor, pero eso hace que las canciones también se nos antojen más trabajadas, más pensadas ¿Madurez? Lo dudamos mucho. A estas alturas The Casanovas ni quieren ni van a madurar. Han nacido con el rock and roll fluyendo por sus venas y su destino parece ser evangelizar a los no creyentes. Con discos como este y canciones como “Herr Kiss” o “Bad Girl” no van a tener problemas.