Deadbeat
DiscosTame Impala

Deadbeat

6 / 10
Álex Jerez — 21-10-2025
Empresa — Columbia / Sony
Género — Pop

A lo largo de los años, la enorme apertura de Kevin Parker a la escena más mainstream, en especial como productor, nos ha llevado a pensar en la llegada de una posible pérdida de rumbo y en una evolución del artista hacia una posición creativa en la que todo valía. Sin embargo, siempre que Parker volvía a colocar un proyecto personal bajo el emblema de Tame Impala nos regalaba un nuevo soplo de esperanza, permitiéndose dar pequeños pasos al frente que le mantenían con vida. “Deadbeat” no es el disco que todo el mundo esperaba en este momento. Aparece más bien como una especie de punto de inflexión, un cuaderno de notas lleno de errores que puede provocar la desconexión de alguna parte de sus fieles seguidores. Pero que, por otro lado, trata de representar los choques vitales, los conflictos internos del artista, la forzosa madurez… Y escapar de ellos a través de una propuesta de electrónica soft que nos transporta a una rave hippie al aire libre. Una rave donde saltar descalzos y olvidar por un momento nuestra posición en el mundo.

Es su disco menos “estrella” de los últimos años y a la vez el más vulnerable. En él, Kevin refleja la dualidad que ha generado la paternidad en su vida. Cómo está aprendiendo a entregar las llaves del pasado para tratar de adaptarse a un ritmo muy diferente y familiar en el presente. Los miedos, crisis y consecuencias que esto deja por el camino llevando incluso a provocarte una pérdida de identidad y que no te reconozcas a ti mismo. Es aquí cuando Kevin decide colocarse en la posición de construir un álbum de búsqueda que conecte algo más con sus valores y sus orígenes. Un disco imperfecto, de alma pop, más minimalista, lleno de beats suavones que no terminan de convencer a nadie… Pero, también creado de una forma por fin más libre y sin una ambición puramente comercial. Algo que había movido últimamente demasiado los hilos de Kevin Parker, como comentábamos al principio.

Entre lo mejor, ese inicio de disco a través de nota de voz y teclados; que acaba entrando en un tema enfocado al house como es “My Old Ways”. Una apertura de proyecto que refleja muy bien la filosofía del álbum de iniciar el viaje desde la desnudez y acabar barriéndolo todo en la pista de baile. Por otro lado, nos gusta ver cómo esa parte más psicodélica que lideraba Kevin en los primeros discos se cuela de alguna forma en temas como “See You On Monday (You’re Lost)” o sobrevuela en el potente bucle de “Ethereal Connection”. O finalmente, y llegados al cierre, cómo parece ser que Kevin Parker termina viendo la luz entre tanta confusión, con “End Of Summer”, generando uno de los temas más up y luminosos del proyecto.

Pese a tener varios momentos que arrastra cierta esencia a pop cursi o no terminar de entregarnos nada que nos deje totalmente fascinados. Hay que reconocer que viendo “Deadbeat” con distancia lo describiríamos casi más como un mood que un disco en sí y la verdad es que nos gana que sea tan incorrecto. Habría sido mucho más sencillo por el lado de Kevin Parker volcarse de lleno en generar un álbum cuya producción sonara nítida e impoluta. Continuar abrillantando esa imagen de figura de masas y tratar de recibir aplausos. Pero claro, cuando tu cabeza está llena de nubes negras es muy difícil pintar algo así y creértelo.

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