“It’s over, our love bipolar, finally over”. Resulta increíble poder escuchar a Summer Walker verbalizar por fin el cierre de una relación y etapa emocional que ha consumido su vida en los últimos años. Imperfecto, intenso y honesto; “Finally Over It” se presenta como la ansiada carta de libertad, la síntesis a un complejo viaje, el punto y final a la trilogía de uno de los proyectos de rnb más relevantes de nuestro presente. Una entrega que dibuja a la artista ahogada entre el miedo a la soledad y las ganas de volver a dejar a la vista el camino de baldosas amarillas hacia la vida que siempre soñó y nunca se hizo realidad. Una obra de tristeza, nostalgia y nuevas esperanzas que relata con la habitual transparencia a la que nos tiene acostumbrados.
“I know it’s wrong but that’s how I was taught. Gave my heart once before and all it got was torn into pieces”, lanza exhausta en “Stitch Me Up”. Los que conocemos a Summer desde el principio sabemos que siempre fue propicia a cargarse de terribles inseguridades y construir corazas con las que protegerse y huir del mundo. Algo que, por primera vez, rompió en “Over It”,(19) con la llegada de London On Da Track a su vida. Ahí nació una relación hipnótica y poderosa que consiguió que la artista se abriera por completo frente al productor y naciera como resultado una colección de piezas desnudas que dejaban ver sin filtros el lado más personal y privado de la relación.
Pero claro, todo tiene un precio y los desacuerdos creativos alrededor de “Still Over It”, la segunda entrega de esta trilogía, destrozaron todo por completo y les llevó a un bucle de toxicidad en el que London comenzó a ejercer un evidente abuso de poder y dominación sobre Summer aprovechándose así de su fragilidad emocional. Por ello, la valoración de “Finally Over It” no se debería realizar únicamente sobre la parte técnica del proyecto o el impacto musical que pueda tener esta nueva entrega en la industria actual. Ahora, la prioridad y el núcleo de todo residía más bien en encontrar su completa independencia, esos movimientos y nuevas piezas que sirvieran a Summer para clausurar un bloque de su historia que la estaba desangrando por dentro y lograr hacerlo de la forma más segura posible. Liberarse por fin de la pesada carga de tener que estar “a la altura” de las entregas previas y soltar una nueva hoja en blanco sobre la mesa para el futuro.
“Fuck my type, throw away my expectations”, dice en “FTM” con un push country y bajo la producción de f a l l e n (Doja Cat). Un tema en el que vuelca su necesidad de abrir los ojos, asumir que el amor de cuento de hadas no existe y que le toca apostar por esas personas en su vida que cuidan de ella y la hacen feliz: “So I’m trading a broken heart for a good life”. Sin London a la vista, Summer se alía con una lista de nombres que llenen de lujo el proyecto y, a la vez, comprendan su narrativa. Nombres que retumben en el presente, pero que logren que todo suene a clásico. Buscando, de esta forma, que su querido cierre suene a ella más que nunca.
El mejor ejemplo de todo esto, posiblemente, es la unión en “1-800 Heartbreak” de Anderson Paak como colaboración estrella a la producción de Bryan-Michael Cox (Mariah Carey, Usher). Uno de los mejores temas a la hora de hablar de una búsqueda de respuestas, de propiciar ese cambio tan necesario tras el vacío. Y donde coloca a Anderson como la voz del otro para darle la oportunidad de que se defienda. Aunque, la verdad, poco consigue con ello: “I’m not a demon, but I might be a piece of shit”. Y, siguiendo esta línea, habría que hablar también del pack Latto y Doja Cat en “Go Girl” bajo la producción de Terrace Martin (Kendrick Lamar). Himno del disco con el que reiniciar las pilas y dibujarse como alguien fuerte, valiosa y poderosa. La inclusión de Chris Brown, al que acompañó recientemente en su gira de estadios, en “Baby” sobre el sampler del mítico “Always Be My Baby” de Mariah Carey. O, por otro lado, la participación de Jon Batiste liderando la producción de “Don’t Make Me Do It/Templed”.
“Finally Over It” es así un disco comunitario con el que Summer ha abierto la puerta a sus aliados para lograr la ansiada salvación. Un álbum que se se desarrolla a través de la acumulación del sentimiento de culpa por aguantar ante las expectativas creadas, sobre la resistencia humana frente a una atracción irracional, la manipulación y la caída al infierno que no puedes evitar… Pero, también el necesario autoconocimiento, la cura y la llegada del cambio, el renacer.
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