Más elaborado que sus predecesores (es el tercer largo de los de Nueva Zelanda) “Structure And Cosmetics” plantea un elaborado paseo de pop pequeño, de celebración unas veces, más contenidos melódicamente otras, pero siempre mostrando que se sienten felices creando su propia música.
Y usamos adjetivos como los de elaborado y pequeño en la misma frase, porque ese es uno de los aciertos de The Brunettes: su capacidad por aligerar las canciones de cargas innecesarias. Arrancando de forma grandilocuente, el disco deriva pronto hacia un minimalismo orquestado que nos brinda los mejores momentos cuando suenan más preciosistas y al mismo tiempo más acústicos. The Brunettes son unos maestros a la hora de sonar epidérmicos, que es cuando alcanzan sus más altas dosis de emoción, como esas historias de amor sencillas y sinceras que se esconden tras “Credit Card Mail Order” o “Small Town Crew”, en el ecuador del trabajo.
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