Quien haya tenido la oportunidad de escuchar “Cash Machine”, single de adelanto del debut de este combo londinense, habrá quedado probablemente prendado de la fibra de esta nueva formación.
Sí, son un nuevo combo encajable dentro de la nueva hornada de bandas británicas que andan entre el revival de postpunk y el rock con voluntad de baile (movimiento encabezado por Franz Ferdinand y alimentado por combos como Futureheads, Maxïmo Park, Bloc Party o Kaiser Chiefs), pero con el mérito de gozar ya desde su estreno de una personalidad precisa y definida y de un repertorio que puede competir sin complejos con el de cualquiera de los discos de los grupos anteriores. Apoyándose en los Clash (“Middle Eastern Holiday”), haciendo guiños al ska menos purista (“Tied Up Too Tight”) y dotando siempre al conjunto de un efecto inmediato y juguetón, los británicos ganan la difícil batalla de competir en un estrato estilístico tan concurrido en la actualidad. Pocos dirían que el disco fue grabado en un estudio casero y las mezclas comprobadas en el reproductor de compactos del coche del vocalista. Tufillo amateur para un resultado de lo más profesional.
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