Natural

Softee se desplaza por “Natural” gritando que necesita amor por todos lados. Amor propio, amor de su familia, de sus amigos; e irremediablemente el amor de esa figura que ha generado en ella grandes heridas tras la ruptura que atravesaba en pleno proceso de creación de este nuevo proyecto.

Con un inicio de esencia emo, a través de “The Floor”, que bien acompaña la portada del disco y marca una de las mejores canciones del álbum. Pronto Softee recupera los dos caminos habituales que la hacen más fuerte como artista y sabe que debe potenciar. La pena es que con una apertura tan interesante el salto sonoro termina generando una caída de interés más que evidente. Por un lado, aparece ese synth pop ochentero que se estira a través de una narrativa de canciones inofensivas, fáciles de comer, pero difíciles de retener. Historias de amor eterno y enfrentamiento cuerpo a cuerpo como pura necesidad física de expulsar todo lo que se ha quedado dentro tras poner punto y final a una relación. Una fuente de desahogo, sinceridad y reseteo para poder seguir el camino que le corresponde sin rencor. Un compilado de canciones a las que con el tiempo la artista volverá y se echará las manos a la cabeza recordando las secuelas que le dejó la desesperación del amor.

El otro lado de la moneda es la faceta de r’n’b de inclinación noventas que Softee suelta en algunos de los temas. Bases de sonido clásico sobre las que Nina se muestra casi como si estuviera en una interpretación actoral. Cuesta a veces entrar en su narrativa, conectar con sus discursos y eso que hay pocas formas mejores para hablar de amor y deseo que recurriendo a este género. La esencia DIY sigue palpitando en todo el disco, algo que no es nada malo. Existe un poco una sensación de laboratorio de ideas, de usar este nuevo álbum casi como una forma de unificar procesos de creación musical que ha vivido en estos últimos años, más que intentar generar un álbum claramente conceptual. “Natural” es el paso previo de Softee a encontrarse definitivamente como artista, a entender cuál es su papel en la industria y a dejarse fluir mucho más cuando una propuesta entre en su cabeza sin dar saltos de gigante. Todavía nos queda ver una Nina que defienda de verdad su propio sonido y que sepa llevar a otro nivel todo lo bueno que ya muestra en los lanzamientos que hemos visto hasta ahora. Una Nina que a la hora de tomar decisiones hubiera dejado fuera “Red Light Green” con ese sampler de “El juego del calamar” que ya tuvo su momento de gloria.

“But I need to love myself in my space”, explica en el tema que da nombre al disco. Y es que ahí está la respuesta a a todo. Softee necesita distanciarse de todo lo atravesado en estos años tanto a nivel personal como creativo. Por eso “Natural” tiene la esencia de mixtape de la que hablábamos antes en la que vemos cómo ha apilado decisiones para sanar y dejar ir. Hay buenas ideas, pero al proyecto le falta madurez, coherencia y solidez. Es un disco que pasará bastante desapercibido en el mercado voraz que a día de hoy atravesamos. Pero, también le servirá a Nina para explorar sus verdaderos intereses musical y entender todo lo que es capaz de dirigir. Percibir errores, perfilar nuevas ideas, ampliar todas esas buenas melodías e ir un paso más allá en busca de la decisión final que la coloque en un lugar privilegiado como artista al que todavía no ha logrado acceder.