Shish

Fieles a sus anárquicas tendencias creativas, el nuevo disco de Portugal. The Man vuelve a funcionar como cajón de sastre en el que tienen cabida las diferentes manifestaciones que la banda de Alaska, asentada en Oregón, ha tenido a bien perfilar en forma de canciones. Un total de diez cortes conforman el presente “Shish”, inaugurado con una magnífica pieza de indie-pop como es “Denali” (sin duda la joya del lote), antes de que John Gourley y compañía descoloquen poderosamente con la metalera “Pittman Ralliers”.

El pulso más o menos lógico regresa con la verticalidad de la “Angoon”, y también aceptable resulta el indie-pop sedoso de “Knik” (antes de perderse en una maraña de punteos) o esa “Shish” que da título al lanzamiento y hace las veces de bisagra. A continuación llega el desparrame algo insulso de “Mush”, tendencia alargada durante la agresiva “Tyonek”, mientras que bastante más agraciadas lucen las retro y algo místicas “Kokhanockers” y “Tanana”, antes de que los diferentes tramos de la final “Father Gun” vuelvan a recordar que este no es un álbum del todo convencional.

“Shish” es una obra algo compleja en estructura, lo que complica la conexión directa con un elepé que, para bien o para mal, protagoniza unos bandazos tan marcados como inesperados. La que podría entenderse como una propuesta osada termina derivando, por momentos, en un caos que resta solidez al significado global del propio producto. El décimo disco de estudio del combo es, por tanto, uno de esos trabajos en los que procede localizar sus mejores momentos y desechar el resto de compañeras de viaje.