Seguir la pista a la discografía de Pascal Comelade, capaz de editar hasta cuatro referencias por año, roza lo imposible. Por ello se agradece la aparición de un disco como el presente, en el cual, para resumir sus últimos veinte años de carrera, reinterpreta de modo magistral algunas de sus mejores composiciones instrumentales. Junto a sus compañeros de viaje habituales, y a la aportación excepcional de la Cobla Sant Jordi –con quienes siempre ha mantenido una relación especial– Comelade consigue aunar definitivamente su universo abstracto y a menudo surreal con la sonoridad de la música tradicional catalana. Instrumentos como la tenora, el tible o el fiscorn, que siempre han estado estrechamente ligados al mundo de la sardana, son descontextualizados y puestos en libertad en canciones como “The Skatalan Logicofobism”, “El bolero del Raval” o “Patafisiskal Polska”, para elevar el peculiar sonido del de la Cataluña Nord hasta una de sus más bellas encarnaciones. A todo ello, añadir que el artwork contiene varios dibujos de Max y unos versos de Enric Casasses, dos artistas cercanos al universo Comelade.
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