La atracción que sentimos hacia la violencia no es nada nuevo. Piensa en todos esos cuentos, en los orígenes sangrientos de nuestras tradiciones más bonitas como Sant Jordi, con las rosas creciendo de la sangre del dragón. Amor y muerte, sangre y moralejas de lo más retorcidas que han explicado de generación a generación y de pueblo a pueblo cómo somos, cómo nos dolemos y como finalmente la muerte nos ata a la vida y viceversa en un baile macabro del que se hace eco “No Earthly Man” de Alasdair Roberts.
En él, Roberts recopila y adapta baladas tradicionales de las islas británicas (la mayoría provenientes de Escocia) sobre muertes violentas, asesinatos, envenenamiento, infanticidio, fratricidio y naufragio acompañado de ilustres como Will Oldham (quien, a parte de hacer coros en cuatro canciones produce el disco), Isobel Cambell, John McCusker (miembro de The Battlefield Band), sus compañeros en Appendix Out Tom Crossley (también en International Airport) y Gareth Eggie y, sobre todo, su propia voz conectada a siglos de macabra angustia vital y un extraño amor a la vida que forma parte de nosotros como el señor Korbes, la madre cruel (quizá la canción mas impresionante de un disco lleno de canciones impresionantes), Hansel y Gretel o el mismísimo Caballero del Olmedo.
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