Existen tres buenos motivos por los que el seguidor de la enorme carrera de Brian Setzer puede estar muy satisfecho con la edición de este álbum. En primer lugar, porque es un trabajo elegante, sin trampa ni cartón, fiel al rock´n´roll tradicional en sus diversas variantes (rockabilly, country & western, boggie, blues, balada…) con un sólido sonido de banda experimentada. En segundo porque Setzer se ha desnudado emocionalmente más que nunca en unas letras que reflejan situaciones más personales y que escapan del habitual imaginario de chicas, coches y diversión garantizada. Y en tercer lugar porque se presenta como la antesala perfecta del anhelado retorno de sus Stray Cats sobre los escenarios en una gira que esperemos pase por nuestro país.
Tres motivos que garantizan la fiabilidad del producto ante sus incondicionales, talluditos rockeros de tupé, pero que dirán bien poco a las nuevas generaciones de lo arty. Esos jóvenes a los que el personaje les queda bien lejos y a los que recomiendo bucear en furiosos discos del pasado como “Rant´n´Rave” o ”Built For Speed” antes de decidirse por éste.
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