Muchos añoramos aquellos tiempos no tan lejanos en los que las pistas de baile populistas desconocían lo que era la EDM y esa vulgaridad hecha baile llamada twerking que se ha apoderado de las nalgas de millones de personas. El estadounidense Luis Dubuc, el cerebro detrás Mystery Skulls, es uno de ellos, y de cara a su puesta de largo nos invita a bailar con una colección de canciones que se mueven entre el french touch, el electro y el pop sintético que estaba en boca de todos hace casi una década. “Hellbent” es un buen ejemplo de este hedonista ejercicio de nostalgia, aunque tristemente no se puede decir lo mismo del largo en su conjunto porque muestra momentos igual de inspirados que faltos de garra y demodé. Escuchando “The Future”, irremediablemente, nos viene a la cabeza el Calvin Harris pre-EDM de sus dos primeros discos (lo cual no es malo, pero suena muy a 2007). Pero también encontramos números como esa apertura que da nombre al álbum en la que su ambición orquestal no acaba de cuajar, y temas como “Magic” o “Number 1” (ambas con la participación de Nile Rodgers y Brandy) que pretenden aprovecharse de la sombra del “Random Access Memories” de Daft Punk sin llegar a la suela de los zapatos de los robots gabachos. Hay minutos mayormente certeros como esa “Ghost” que vendría a ser lo que saldría de una hipotética colaboración entre Diamond Rings y Chromeo o “Body High”, en la que Dubuc recurre al falsete y sí que destila algo de personalidad. Y decimos lo de personalidad porque ese es el problema patente de “Forever”: por muy bien ejecutado que esté, queda ese regusto amargo de que ya hemos escuchado todo esto con anterioridad años ha.
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