Sostiene un amigo mío que con determinados grupos, aquellos de propuestas absolutamente infames, es lícito acudir a sus conciertos con la única intención de reventarlos. De simpatizar con tal punto de vista, podríamos instarle a anotar el nombre de Nerf Herder en su agenda. Porque lo de estos californianos tiene delito.
Joey Cape (Lagwagon) les edita un álbum en My Records, a continuación se los endosa a Honest Don´s, y ahora decide recrearse en el error con este artefacto de seis temas. Y uno no acierta a vislumbrar qué puede ver el menudo vocalista en una banda tan vulgar, zafia y burda, además de musicalmente poco inspirada. ¿Serán sus disquisiciones sobre el copular, la embriaguez y las erecciones navideñas, no exentas de tufo sexista y homófobo? ¿Que cuando intentan ponerse melosos (“High School”) empalaguen más que The Ataris o Hybrid Children? También nos intentan colar “Love Sandwich” a modo de ridículo single –si llevara la firma de Bloodhound Gang u Offspring estaría en las listas de éxitos– y, cuando creíamos haber capeado el temporal, el tema propina (gracias por nada) trata de evocar a Sublime, jugada con la que Bradley James Nowell quizá se esté retorciendo en su tumba. Vamos, que si les apetece incorrección política, mejor remítanse a los Guttermouth pre-Epitaph, Skarhead o, si me apuran, a The Vandals, pero pasen de Nerf Herder olímpicamente. No se conformen con tan poco.
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