La evidente incontinencia creativa de Mourn deriva ahora en el que es primer álbum en castellano de la banda catalana (sexto de estudio en el cómputo global), tras dejar por el camino títulos tan aprovechables como “Sorpresa familia” (Captured Tracks, 18), el previo “The Avoider” (Cielos Estrellados, 24), o ese disco de versiones-homenajes bien entendido que fue “Mixtape” (Subterfuge, 19).
Cabe suponer que “Letra ligada” marcará el el inicio de una nueva etapa para la formación encabezada por las hermanas Jazz y Leia Rodríguez –aka Leia Destruye–. Una travesía en la que aquella aspereza sonora marca de la casa de antaño resulta ahora minimizada con la intención de exhibir a cambio (y con descaro) una visión más luminosa y vertical, concretada en canciones que tienden a quedar materializadas en dianas de indie-pop producidas por el noruego (y ex Beezewax) Kenneth Ishak.
El resultado principal de las nuevas preferencias del combo son veinticinco efervescentes minutos firmados por una formación que, a pesar de su juventud, amasa ya un catálogo importante. Una obra que destila esa confianza acumulada y que, en la presente referencia, resulta palpable en torno a la solidez de las nueve piezas que conforman la entrega: desde “Dormir tarde” a la propia “Letra ligada”, pasando por “A última hora”, “En el lago”, “Alegre y jovial” o la amargura de “No queda nada”.
“Letra ligada” sólo cabe entenderse como un paso al frente del cuarteto, amparado por canciones pegadizas de ecos noventeros levantadas con firmeza instrumental y una clarividencia lírica que se antoja generacional y extensible a todo un estrato. Un acierto en toda regla, en definitiva, para un grupo que parece haber afrontado la (por otro lado) arriesgada maniobra justo en el momento adecuado, apurando un movimiento del que salen triunfantes.
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