Puede que el mayor reto que asumía Serafina Steer con la publicación de su tercer largo fuera satisfacer las expectativas generadas con su anterior disco “Change is good, Change is Good” con el que se puso a la crítica en el bolsillo (recordemos el 5/5 de Mojo). El mismísimo Jarvis Cooker se declaró fan absoluto de esta londinense con dedos de oro, tan fan que se ha encargado de la producción de este nuevo álbum. “Night Before Mutini” encabeza el álbum demostrando el poder consolador y la capacidad de la música para convertirse en el kleenex de nuestras lagrimas. Cursiladas a parte, la cantante de folk saca su lado más intimista y consigue pintar un paisaje bucólico, pastoral incluso, con la ayuda de una voz clara que destaca por encima del resto de instrumentos, sólo con el permiso del harpa. Pero no todo el monte es orégano, y la harpista demuestra que es mucho más que cándido naïve. La cantautora sabe introducir contradicciones melódicas y estilísticas ya no sólo en el disco, sino también en un mismo tema, que producen una sensación de incomodidad exquisita.
Cuál gurú, Maria Fuster me indica el camino a seguir para empaparme de la mejor cultura musical, de tal manera que no es necesario recurrir a mil fuentes para tomar una decisión, su palabra es ley. Gracias preciosa !!!