Fiesta nacional

A Germán y Joseca habría que presentarles como en aquellas galas de TVE bajo la voz de Joaquín Prat y la mirada de Laura Valenzuela. Y, la verdad, hasta se les podría permitir actuar en playback mientras salieran al escenario vistiendo una enorme sonrisa. “Fiesta nacional”, el disco debut de Morreo, es una actualización del pop psicodélico español de los setenta y un cancionero de amor/desamor sin excesos. Una verbena en la que se celebra la nostalgia de tiempos mejores, la sencillez, la rutina y los clásicos de nuestro país. En resumen, una “modernez” en mayúsculas que incluye todas las connotaciones que ya de por sí arrastra un termino que suena a puro pasado.

“Solo en esta fiesta, fiesta nacional. Todos cantan himnos de lo solo que estoy ya”. A pesar del pesimismo de algunas de sus letras, el primer álbum de Morreo se nutre de mucho más que el lado punky de los inicios del dúo, que explotan tan bien en “Pesadilla pop” con esa batería que acaba devorando la canción. “Fiesta nacional” está lleno de luz, esperanza, calorcito, buena vida, disfrutar de las pequeñas cosas del día a día… Bajo la producción de Raúl Pérez (Pony Bravo) han logrado generar una identidad bastante bien definida con un sonido y una estética cuidada con la que se les ve cómodos y seguros de sí mismos. Por un lado, existe una clara intención de recuperar ese sonido analógico con sabor retro, pero también han sabido traerlo todo al presente saltando a un synth-pop mucho más actual que les ayuda a engordar las limitaciones de algunas de las referencias creativas que les inspiran y de las que nutren el proyecto. “Fiesta nacional” consigue así ser un disco con alma propia, con unos cuantos hits pegadizos que no te quitas de la cabeza como ese corte indie-rock que es “Hola, Corazón” o la ultra popera “Quemados por el Sol” que incluye hasta los clásicos monosílabos del género con ese “la, la, la” en bucle en forma de coros como cierre. Juegos de voces nostálgicos, riffs de guitarra propios de melodías jangle-pop, boleros, organillos y unas buenas copitas de mosto para brindar por esa acogida por parte los Grammys como uno de los proyectos españoles de este año a los que no debemos perder de vista.

El homenaje de Morreo al pop español se merece como un mínimo un claro aplauso del público, una candidatura al festival de Eurovision o, al menos, al Festival Internacional de la Canción de Benidorm ahora que ha vuelto (no sabemos qué les haría más ilusión). Se merecen arrasar en los festivales nacionales del próximo verano, una Plaza del Trigo en el Sonorama post-pandemia con sus gritos de “Escenario principal” incluidos. Y hasta se merecen una vídeo-dedicatoria de Karina en Instagram que les sirva de inspiración para futuras nuevas canciones. Desde que empezaron esta aventura juntos, han sido siempre fieles a ellos mismos y, a su vez, han sabido evolucionar en la dirección adecuada en los tres años de vida que llevan en el mercado. Además, Morreo suponen un respiro a esa obsesión actual por los sonidos 80’s, huyen del “bachateo” y resetean todos los tópicos que teníamos de las bandas pop de los sesenta/setenta para que vuelvan a tener una nueva vida en el presente y suelten el olor a alcanfor. Así que, después de toda esta reflexión, solo nos queda pedirte que les des una oportunidad aunque solo sea “por España” como diría Samantha Hudson.