La propuesta de Bikeride se podría resumir con la imagen de una gran batidora musical donde se funden todos los estilos posibles. El bubblegum sesentero, personificado en la voz de Carbone, las enseñanzas de Brian Wilson en la producción, la bossa nova y hasta Devo –ojo al tremendo instrumental escondido en el corte veinticinco-, son sólo algunos de ellos. Es cierto que tanta mezcla no funciona siempre, incluso a veces llega a aburrir un poco, pero si en ocasiones da como fruto canciones como “Fakin´ Amnesia” –su personal “Yummy Yummy”-, “The Americans In Rome”, “Lemonade” o “Catch The Spark”, el experimento vale la pena. Lo dicho, pura esquizofrenia sonora que hará las delicias de los amantes de las rarezas, aunque si Bikeride controlarán más su locura podrían dar más de si.
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