Intentar encontrar hoy día un álbum de R&B que no suene extremadamente genérico y predecible parece una tarea difícil de completar, y así nos lo demuestran una y otra vez diferentes artistas a través de una reproducción sistémica y reiterada de fórmulas que no apuestan, ni tan siquiera un poquito, por una perspectiva más experimental que otorgue a su propuesta un mínimo de interés y de personalidad propia. Por desgracia, el nuevo trabajo de Mahalia, titulado “IRL” (Warner Music, 23), vuelve a caer en las mismas condenas que llevamos sorteando y padeciendo en los últimos años, gracias a una nueva ola de R&B contemporáneo incapaz de romper moldes y de confiar en el riesgo.
Relajado hasta el exceso, “IRL” configura lo que bien podría terminar siendo una acaramelada y empalagosa banda sonora de empoderamiento personal, una vez más respaldada por una metódica mirada nostálgica al pop comercial de principios de los dosmiles, que contribuye en positivo a la hora de aseverar el carácter personal y privado que el álbum guarda, pero que fracasa en lo que a aportar algo nuevo al oyente se refiere. A pesar de ello, y de la mano de un trabajo generoso en cuanto a consignas sobre amor propio y valía, la británica entreteje un discurso fresco y fluido que no desagradará a nuestros sentidos, en tanto que éste juega en el cómodo terreno de la dulzura y del easy listening –el anverso de esa producción simpática y ligera será, por ende, que nos terminemos topando con letras del montón y sumamente convencionales-.
La cosa es que Mahalia tiene actitud, tal y como demuestra con esa habilidad propia para poner las cartas sobre la mesa en sus versos (“If you want my love, then let's discuss the man you're required to be”, canta en esa aspirante a himno que es “Terms and Conditions”), para crear rimas que enganchan a la primera recordando sus recientes logros (“In My Bag”), o para lograr que compremos un relato romántico y facilón gracias al uso de líneas cálidas y estivales que se desvinculan parcialmente del resto de aportes (“Lose Lose”). Pero irremediablemente, el LP cae en el error de terminar sonando demasiado obvio en varios de sus tramos, recorriendo y explorando hasta el empacho ciertos lugares comunes que, de tanto enunciarse, terminan perdiendo efectividad y calado: rupturas con sabor a alivio (“It’s Not Me, It’s You”), despedidas que pican en el alma (“Goodbyes”), reencuentros que esconden intereses propios (“Hey Stranger”), o puntos sobre las íes al novio de turno (“Wassup”).
Gracias a la amabilidad de sus bases y tonos, “IRL” crea una atmósfera sobre sí que no disgusta al oído y que hasta en ocasiones logrará removernos por dentro, gracias al hecho de que sus doce pasajes no dejan de ser sino una carta de amor a sí misma, con líneas y versos que el oyente puede hacer suyos con extrema facilidad. Sin embargo, lo que en perspectiva global y con ojo crítico termina logrando esta artista, nominada a un Grammy y a un Brit, es una muestra de un universo muy limitado en cuanto a narrativa y recursos, que ni siquiera un innecesario número de voces invitadas (Stormzy, Kojey Radical, Joyce Wrice, JoJo, DESTIN CONRAD) logra salvar.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.