Mountain Man debutan con este disco en el que se suben al carro del lo-fi folk que tan de moda está actualmente, y, desgraciadamente, patinan ligeramente en su propuesta Desde el primer tema los ecos a Cocorosie son más que evidentes, si bien Mountain Man reniegan de instrumentos extraños y juguetitos bizarros en sus composiciones, decantándose más por el minimalismo y la simplicidad, hasta tal punto que muchos de los temas están cantados casi íntegramente a capella, con el suave acompañamiento parcial de la guitarra acústica. Canciones que hablan de los árboles, los pájaros, el aire, el mar y la naturaleza en general, con una literatura que es una oda al hippismo y al huir de las ciudades para encontrarnos con nosotros mismos. Grabado en una fábrica abandonada, la atmósfera sonora está bastante conseguida y hay temas que llegan a emocionar, pero en términos generales el álbum empalaga en exceso y escucharlo entero termina resultando una tarea tediosa debido al exceso de linealidad y la nula variedad en los tempos y estructura de las canciones.
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