Con una imagen atractiva y
moderna, un buen rodaje tocando durante mucho tiempo juntos, y una fórmula
comprobada que ya se sabe que da buenos resultados llegan los angelinos Dommin.
Tras su fichaje con el coloso holandés y haber roto aguas con un primer disco
que pasó inadvertido, vuelven a juntar fuerzas con Logar Mader como productor,
una combinación mágica que da como resultado un disco como “Love Is Gone”. Beben básicamente del rock gótico que combinado
con sonidos duros te noquean por su indescriptible encanto, puedes imaginar a
Glenn Danzig cantando al frente de una panda de jóvenes que veneran a My
Chemical Romance, o a los Paradise Lost que un día prefirieron los teclados
deudores de Depeche Mode que las guitarras más ásperas y peligrosas de Type
O’Negative. Y sobre todo recuerdan a aquellos Him de sus dos primeros discos,
aquellos que sí nos encandilaron, aunque después perdieran el rumbo con
conciertos aburridos y baladas infumables. En “My Heart, Your Hands” ponen
todos los ingredientes que tienen a mano para hacer una canción redonda, en
“New” nos avisan de que, cuando se lo proponen, pueden pisar el acelerador a
fondo, “Tonight” podrá sonar en todas las emisoras de radio de medio mundo, y
al afrontar un tema como “Dark Holiday” demuestran que sí es verdad que les
fascina la música de los años cuarenta y, en la oscura “Remember”, unen fuerzas
con Junkie XL, lo que les abre otras vías compositivas. A vigilar de cerca.
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