La casa del volcán

Al DJ y productor barcelonés Oriol Riverola ya lo conocimos siendo D.a.r.y.l. y, sobre todo, como John Talabot. Ahora bajo el aka de Koraal –su penúltimo pseudónimo– nos sumerge, de nuevo, en una apuesta musical que, aunque difiere de su habitual y celebrado estilo, solo sorprenderá a los poco iniciados en un artista grande, valiente y poliédrico con muchas y diferentes emergencias, querencias y aspiraciones musicales dentro de la electrónica y aledaños.

A través de este “La casa del volcán” –que publica en doble vinilo el sello tulipán Nous'klaer Audio desde Rotterdam– nos sumerge en un viaje conceptual que grabó en 2019, mientras estaba de vacaciones en la bellísima Lanzarote. Y es que, al parecer, tal fue el impacto que tuvo la isla en él –desde lo orográfico y natural– que no le quedó más remedio que plasmar esas sensaciones, y emociones, en unos temas que ahora sustancian este notable álbum. Para tal fin utilizó solo lo que tenía a mano, es decir un sintetizador y un pedal. Pero esta limitación técnica y temporal –se produjo solo a lo largo de tres intensas e inspiradas noches– no supuso una merma para lo creativo. En absoluto. Escuchando los pasajes que contiene el trabajo tomamos plena consciencia de ello.

Y sí, “La casa del volcán” es un periplo que se debe de recorrer andando; pleno de atmósferas densas e hipnóticas, animadas por selectas y minimalistas percusiones, sobre los que campan texturas misteriosas, próximas a lo lúgubre, y ritmos dub. Los nueve cortes deben ser disfrutados como uno, de forma coral, pero siempre de forma ordenada ya que responde a la forma cronológica en la que fueron ideados, compuestos y paridos.

El resultado atrapa y teletransporta al escuchante a esas cuevas húmedas e insondables; a desiertos de roca volcánica y a esos fértiles oasis canarios que le han procurado vida y sentido a esta entrega. Además cumple sobradamente con un objetivo no buscado, pero conseguido: descubrir a todos –por si alguien aún no lo sabía– que Oriol Riverola es más que D.a.r.y.l, Koraal y hasta el enorme y venerado John Talabot. Gracias y a disfrutarlo.