Debería ser así siempre: un tipo con una guitarra y algo que contar. Quizás sea por su origen portuario, Chatham concretamente, pero no cuesta mucho imaginarse al inglés Tom Hull un sábado cualquiera poniendo la taberna patas arriba desplegando esta imponente y sencilla colección de corajudos himnos suburbanos. Algo en él recuerda a esa generación de músicos británicos que devolvieron el rock’n’roll al pueblo durante el engañoso capítulo del pub rock. Kid Harpoon canta con la intuición de Squeeze, el ímpetu del primer Elvis Costello, la clase de Nick Lowe y la heroicidad de Kevin Rowland. Y “Once” arranca con la incontestable “Stealing Cars”, una de esas canciones que te lanza disparado hacia lo que sea que te depare la noche, y continúa con temas tan redondos como “Back From Beyond” y “Burnt Down House”, “Marianna” y “Flowers by The Shore”, y a medida que van pasando los minutos repitiéndose la liturgia de volver atrás a escucharlas una y otra vez la figura de Hull va haciéndose de cada vez más grande y acabas convencido de que en M80 ya tardan en incluirlo en su Serie Oro. Un gran disco, sí, señor.
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