It’s Close, That’s What Matters

Tenemos que remontarnos a pelotazos como los del extinto grupo catalán Aina para encontrarnos con un tratado de rock exultante y vigoroso como el del grupo zaragozano Lavodrama.

Nacidos hace más de un lustro de las brasas de la fructífera escena hardcore más rocosa de la ciudad del Ebro, sus sonidos ya se desmarcaban relampagueantes en su primera edición homónima. En 2007, el sello barcelonés B-Core los ficha para sacar “It’s Close, That’s What Matters”, un trabajo excelente grabado y masterizado íntegramente en Zaragoza con las máquinas de Carlos Estella, José Manuel Huerta y Cristián Barros en los estudios Delicias Discográficas. El resultado da esa impresión de grabación en directo en la que las composiciones vibran con vida propia, las escaladas del bajo en manos de Ricky no ya hablan, bailan con las notas de la guitarra mientras la batería marca un ritmo trepidante, grandioso cuando apuntala unas melodías con el justo punto de adherencia. Los doce cortes del disco (para qué más cuando se puede transmitir una emoción brutal en tres minutos), demuestran un momento óptimo del ensamblaje del trío. Encontramos algunos de los temas clásicos de Lavodrama, como “Passive”, remozados con las notas disonantes y los ritmos a contrapelo con los que estas pequeñas joyas adquieren brillo propio. Lo más novedoso en el estilo de los zaragozanos puede ser el haber integrado algo del estilo más sucio y cavernoso de Nirvana, el sonido Dischord o los primeros Foo Fighters, que incorporado a su propio libro de estilo hacen de este disco una descarga de adrenalina de varios niveles de profundidad.