La reedición de una discografía que abarca treinta años de vanguardia, de la psicodelia alucinada al post-rock pasando por el punk y sus diversas variantes, ha puesto a The Red Krayola de actualidad. En este caso no cabe el manido “otra vez”, porque la reciente portada del mensual británico The Wire debe ser lo más cercano al reconocimiento público que ha encontrado nunca la banda (en realidad el empeño personal de Mayo Thompson) de Texas.
Es un detalle curioso si tenemos en cuenta que su última etapa, que arrancó a mitad de la pasada década cuando Thompson conoció a la plana mayor de la intelligentsia de Chicago, es la más fructífera, madura y menos cambiante de su larga carrera. En esta ocasión cuenta otra vez con la complicidad de John McEntire (Tortoise, Sea & Cake), Stephen Prina (Gastr Del Sol) y Tom Watson (Overpass, Slovenly) cuyo peso cada vez se hace más patente en el grupo: en el pop vaporoso de “L.G.F” o en el rock tortuoso (“Greasy Street”) y jazzistico (“Cruise Boat”), que sirven de contrapeso a la vena cada vez más melódica de un Thompson que interpreta como Bowie fuera de tono. Posiblemente la grabación menos inaccesible de entre su decena larga de discos, el título parece hacer referencia a la inmejorable oportunidad que tienen los neófitos para introducirse en uno de los proyectos musicales que, a su manera, ha ayudado a definir el devenir del rock.
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